martes, 9 de junio de 2009

Retornos

Los ineludibles retornos
Tu risa, tu silencio todavía me pertenecen sólo en la distancia de los recuerdos. La vida dura algunos instantes sin embargo, cada instante es siempre inevitable. Me siento alegre inexpugnable y triste, puede que sólo triste, porque la belleza es eso: tristeza vestida de alegría. Con la edad uno no cambia, sólo pierde fuerzas. Comprendo que no estoy deleitándome con la belleza de este milagro verbal arquitectónico, estoy pensando en el tiempo, ese egoísta que nunca pensó en mí. La soledad guarda el secreto del tiempo, pero hoy no quiere susurrármelo. Tal vez no lo hará jamás. El tiempo, ese ineludible compañero.
El cuerpo es una cárcel que todos llevamos a cuestas: unos se sienten bien en ella y otros no. Pero todos somos cautivos, víctimas atrapados tras unos barrotes de piel. Otra vez la ineludible rutina. No voy a cambiar. ¿Y el tiempo? ¿Él cambiará? El silencio es un amigo peligroso y habla a gritos. En silencio los sentimientos adquieren trascendencia, solemnidad, se creen más importantes de lo que realmente son. Menos mal que su regia apariencia se esfuma con un golpe de risa. Necesito todos los días esos breves momentos de solemnidad: yo y el silencio, solos, y que el silencio me engañe, antes de que vuelva el ruido y todo sea vulgaridad.
Y el silencio en la lógica de los sentimiento. Te veo venir hacia aquí con tu ineludible rostro siempre inconfundible. Descubres esta soledad tras las miradas de la gente. Te miro de nuevo antes de irme. Sigues silente. Entonces comprendo que hoy realmente nada me motiva. Sé que no tengo motivos para sentirme así, sé que los ecos del silencio aún me seducen con sus mentiras. Y sé que lo único que en estos instantes me apetece es sentarme y mirar al mar.
Recuerdo que mi madre me dio un consejo: camina, sigue. Sí, Camina. Camina. Camina. Un paso y, si sobrevives, luego otro. Pero centra todas tus fuerzas en ese primer paso. El mundo se reduce a eso. La vida se reduce a la vida. Porque nada ni nadie puede robarte el próximo paso. Ni siquiera el tiempo. Un paso más. Sólo un paso más. Camina.

No hay comentarios: