Razones del día domingo
Claro que desespera no tener idea de nada…da rabia saber que tengo que empezar de nuevo…Cómo explicarte esta suma de cosas que no puedo armar en mi cabeza; sin embargo, pequeña, me acostumbro y me quedo compartiendo esta tarde de domingo hipnotizado con el fútbol, sin ganas de interrrumpir el fascinante mundo de la redonda y por otro lado adivinar que me digas, no te entiendo. Mas ese espacio en blanco que nos invade impertinente, en los que por momentos somos nosotros, nos llega de sorpresa y quisiéramos simplemente estallar, romper el aburrimiento, abrir las alas por algo más sano, más tibio, como una fórmula de cariño, que espera ser compartida en la temperatura exacta.
Claro que desespera no tener idea de nada…da rabia saber que tengo que empezar de nuevo…Cómo explicarte esta suma de cosas que no puedo armar en mi cabeza; sin embargo, pequeña, me acostumbro y me quedo compartiendo esta tarde de domingo hipnotizado con el fútbol, sin ganas de interrrumpir el fascinante mundo de la redonda y por otro lado adivinar que me digas, no te entiendo. Mas ese espacio en blanco que nos invade impertinente, en los que por momentos somos nosotros, nos llega de sorpresa y quisiéramos simplemente estallar, romper el aburrimiento, abrir las alas por algo más sano, más tibio, como una fórmula de cariño, que espera ser compartida en la temperatura exacta.
Y yo escapándome disfrazado de fútbol. Inventando calendarios, a veces casi no nos miramos y lo damos todo por hecho, entonces se nos mete en la piel el invierno y busco una excusa para no distraerte y disfrutar que sonríes. Y me miras un instante, pero con esa forma tan tuya que tienes de acariciarme el alma. Y aunque estés del otro lado de la pared, aunque entre nosotros nada sea perfecto, aunque estando cerca te alejas un poco, sólo para hacerme enojar y te cubras en tu inocencia; en el último segundo te robo un beso, entonces nos perdemos en la imperfección de los momentos.
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