Diario de una ninfómana
Val (Belén Fabra) es adicta al sexo, ninfómana. Tras fracasar en su único intento de mantener una relación en la que amor y sexo se dan la mano, Val hace de su adicción su profesión.
Val tiene 28 años, estudios universitarios, un gran atractivo y una cómoda posición económica. Es además una mujer muy liberada que busca constantemente nuevas experiencias para saciar su curiosidad sexual. Se acuesta con quien quiere y cuando quiere. Vive al límite, lo que le comporta numerosos problemas con los hombres, con su trabajo y con sus amigos. Todo ello, unido a la muerte de su abuela, provoca un punto de inflexión en su vida. Tras ser despedida, conoce a Jaime, un hombre del que se enamora perdidamente. Junto a él vive un largo idilio plagado de altibajos. La relación se rompe de manera traumática. Val, desesperada, está a punto de acabar con su vida. Está inmensamente sola, tiene muchas deudas que saldar y su autoestima está bajo mínimos. Decide entrar a trabajar en una casa de prostitutas de lujo. Al principio se siente completamente satisfecha: da rienda suelta a todas sus fantasías sexuales y, además, gana una gran cantidad de dinero. Pero pronto descubre la cara más sórdida de la prostitución.
Val (Belén Fabra) es adicta al sexo, ninfómana. Tras fracasar en su único intento de mantener una relación en la que amor y sexo se dan la mano, Val hace de su adicción su profesión.
Val tiene 28 años, estudios universitarios, un gran atractivo y una cómoda posición económica. Es además una mujer muy liberada que busca constantemente nuevas experiencias para saciar su curiosidad sexual. Se acuesta con quien quiere y cuando quiere. Vive al límite, lo que le comporta numerosos problemas con los hombres, con su trabajo y con sus amigos. Todo ello, unido a la muerte de su abuela, provoca un punto de inflexión en su vida. Tras ser despedida, conoce a Jaime, un hombre del que se enamora perdidamente. Junto a él vive un largo idilio plagado de altibajos. La relación se rompe de manera traumática. Val, desesperada, está a punto de acabar con su vida. Está inmensamente sola, tiene muchas deudas que saldar y su autoestima está bajo mínimos. Decide entrar a trabajar en una casa de prostitutas de lujo. Al principio se siente completamente satisfecha: da rienda suelta a todas sus fantasías sexuales y, además, gana una gran cantidad de dinero. Pero pronto descubre la cara más sórdida de la prostitución.
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