viernes, 11 de junio de 2010

De escribir y otras ausencias



















Los laberintos creativos de un escritor

La motivación del escritor es una selva múltiple con diversos microclimas. A veces tienes la necesidad de contar algo. El ansia de trascendencia o el exorcismo. En algún caso, como este, la necesidad surge del recuerdo de algo que se va perdiendo. El desapego de la tierra durante años a veces te hace perder identidad.
Tienes tras de ti el acento de la infancia y la juventud que te impuso la escritura de algún libro. Cada día una reflexión, un relato, un pretexto poético para recuperar aquel mundo que empezaba a difuminarse. Así como fruto de la necesidad tienes que volver tras tus huellas, reconocer aquellos íntimos lugares, no callar aquello que te nace en la piel y a veces no eres capaz de pronunciar.
Todas las vertientes se presentan ante nuestros ojos en forma de palabras, relatos cortos, nos iniciamos en las palabras concretas y varias voces que van más alla. Cuando te llenas de palabras, descubres el mundo entre líneas, dejar de pensar y terminas tu propio libro. Dominar el arte de la escritura, propone una mirada diferente del mundo, pero con el mismo y tradicional espacio, una utilización de las diferencias para beber de todos los paisajes literarios, de otros ritmos.

Utilizando el verbo como pretexto, cada párrafo, cada texto nos llevará hasta el mismo río, a las calles del otro laberinto. Descubres los hilos invisibles que entrelazan unos relatos con otros, y sientes la tentación de abrir cualquier historia, dejándote llevar en sus páginas y dejarse llevar por el azar y esa perspectiva el destino final puede ser diferente, en una lucha frontal de metáforas y contradicciones.
A veces ardes en el invierno narrativo te enfrentas al lenguaje metafórico, entonces todas las historias tienen su correlato exacto. Todas las historias y los breves relatos nos hablan del tiempo, de literatura, de amores y de ausencias, de injusticias y de gratitudes, de vida. Teniendo en cuenta que existen palabras que jamás te abandonarán y te dibujarán los ojos.

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