martes, 28 de abril de 2009

Reloj de tiempo

Las interminables preguntas
¿A dónde se van los besos que no damos? ¿Dónde dormitan los suspiros que se nos escapan? ¿A dónde van los abrazos vacíos en las madrugadas, las caricias que soñamos y no damos, ni recibimos? Las promesas incumplidas, los sueños resquebrajados... ¿A dónde van? ¿A dónde van las lágrimas que por amor liberamos, las ilusiones que vamos perdiendo, el brillo de nuestros ojos cuando, heridos se apagan? ¿A dónde van nuestros sentimientos derrochados, el dolor que sentimos, y que no compartimos?
Nuestro corazón cuando lo perdemos, ¿A dónde va? ¿A dónde van los amores que naufragan, sin haber navegado? La sensibilidad de nuestros sentidos, la generosidad de nuestros buenos actos, cuando son públicos, cuando son secretos y desinteresados…Lo que sentimos por alguien a quien queremos, y sin querer nos hace daño…¿A dónde se van nuestros silencios cuando gritan, nuestras miradas intensas y brillantes, cuando las perdemos? ¿A dónde van? ¿A dónde va todo lo bueno que tenemos, cuando nos equivocamos?
¿A dónde van nuestras buenas intenciones y deseos, cuando todo lo estropeamos? ¿A dónde va ese vacío abismal que sustituye a nuestro corazón, cuando sin pretenderlo hacemos daño? ¿A dónde van las certezas que tenemos, nuestras seguridades, nuestros anhelos, cuando se desmoronan, y desaparecen? ¿A dónde va tanta vida pura, desinteresada y generosa? Lo mejor de nosotros cuando lo perdemos… ¿A dónde va?
¿Para siempre se pierden estériles, o hay un rincón secreto donde se refugian, donde nos esperan y nos redimen? ¿Cómo se puede perder para siempre lo más humano, lo más generoso que tenemos, lo que nos hace dignos, eternos, humanos?… ¿Dónde está ese rincón secreto del alma, con todo aquello que perdemos y ya nunca recuperamos?

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