
Y Dios creo a la mujer... Esa inseparable compañera de viaje, la legítima razón de nuestra existencia, que ocupa el exacto lugar donde termina la tierra y comienza el cielo...
UN LUGAR PARA MEDITAR, PARA DISFRUTAR Y PARA EXPONER SOBRE IMÁGENES ESA INELUDIBLE CAPACIDAD DEL SER HUMANO DE REINVENTARSE PERMANENTEMENTE.
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