A veces Adriana...El amor es un salto al vacio con las alas quebradas...a veces sucede asi...otras veces es música celestial, vuelo de gaviotas que aletean en el atardecer...
Adriana...Te pareces a la palabra melancolía...Pequeña....Ya no eres la hierba...eres el árbol...Ya no eres el árbol... eres la flor...eres el río...Adriana ya no eres la mujer...eres una ave....eres el mar...eres el silencio...eres la luz...eres el centro total de mi corazón...nunca olvides que el amor, pequeña Adriana, es la sensibilidad del niño que todos llevamos dentro...
Pequeña Adriana
Sé que me has esperado.
Y que yo te esperé.
Tu senda fue a la mía paralela,
pero hoy convergen nuestros caminos,
y si quieres, quiero...
Enterremos razones y cautela...
y alas al viento, Pequeña...
construyamos un camino juntos.
Te miro así, de frente, decidida...
Y entonces me dices que no tienes miedo...
que parece que estábamos designados
a encontrarnos...que lo nuestro
no es más que un designio
que nos lleva a explorar
a fuerza de piel este sentimiento...
Me tienes y te tengo.... Adriana de mi corazón
Me tienes...me tienes, Adriana. Soy parte de tu alma, de tu aliento, casi te lleno toda, y me percibes tan real en la voz de mi silencio; florecida de nuevo, airosa chiquilina, toda blanca de mí, como el almendro. Me tienes...me tienes, Pequeña Adriana.Tu mano está vacía, sin mi cuerpo. Duermes sola, conmigo, pero sola, sin llegar a tocarme, estoy tan lejos…o tal vez tan cerca...sólo sé que siento tu respiración...chiquilina de mi corazón. Eres aquella luz intensa...te busqué a lo largo de cósmicos senderos...Y ahora te pareces a una estrella en su débil parpadeo, tan rápida y tan lenta...Y tan hermosa...Y ahora te encuentro Adriana... Y ahora puedo decir que yo también te tengo en mi sangre y en mi piel; soy totalmente tuyo, estoy lleno de ti , a tus pies contigo duermo; a ritmo de segundos, andar quiero, que parezcan mis pies, no ruedas sino alas, que el camino me frena, mas no el cielo. Ay, cuánto tiempo perdí buscándote...en la soledad, en el silencio, en las veredas, en cada rincón...Y ahora que me miro en la luz de tus ojos... llévame, Adriana, siempre contigo, como una nube...comoun tatuaje...llévame Pequeña...En la estación de los caminos, tú eres mi todo, eres el sol, eres el viento, eres el tiempo, eres el centro de mi pensamiento; sin ninguna duda, eres la razón vital de este sentimiento...
¿Qué queda de ella sino el vuelo?
Si brota una flor
¿Qué queda de ella sino el aroma?
Si pasa un hombre
¿Qué queda de él sino el amor?
¿ Entiendes Adriana?
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